Entretenimiento
Amparo Grisales revivió un capítulo de su historia más íntima con el único hombre que la llevó al altar
El reencuentro de la actriz con Germán Tessarolo, 50 años después de su matrimonio, volvió a encender la llama artística que siempre los unió

26 de may de 2025, 02:17 a. m.
Actualizado el 26 de may de 2025, 02:17 a. m.
Noticias Destacadas
A sus más de siete décadas, Amparo Grisales no deja de sorprender. Esta vez, la diva colombiana protagonizó un momento tan inesperado como nostálgico, un reencuentro con el único hombre con quien ha llegado al altar, el artista ítalo-argentino Germán Tessarolo. Medio siglo después de aquel matrimonio fugaz, la conexión entre ambos no solo sigue intacta, sino que ahora se traduce nuevamente en arte.
El pintor quien se radicó en Colombia y construyó parte de su carrera entre Bogotá y Buenos Aires publicó en sus redes sociales un video en el que aparece retratando a la actriz. Aunque el clip no tiene audio ni descripción extensa, bastó una frase para generar revuelo: “Retratando a Amparo”, escribió Tessarolo, mientras mostraba el avance de un dibujo a lápiz sobre papel.
La escena, aparentemente sencilla, despertó curiosidad por su trasfondo. Ambos se conocieron cuando Amparo tenía solo 14 años y él, 26. Fue una relación que se tejió entre el arte, la juventud y el deseo de libertad. “Me creía grande y me quería ir de la casa. Como el pasaporte lo daban si eras mayor de edad o estabas casada, pues me casé”, contó la actriz en entrevista con la revista Bocas, confirmando que el vínculo no fue un simple capricho, sino una decisión consciente.
Amparo Grisales y su único esposo, el pintor Germán Tessarolo, se reencontraron en el taller del artista, donde él la recibió con cortesía y caballerosidad. El encuentro fue tan emotivo que Amparo le pidió que le hiciera un retrato, y así posó para él, llevándose luego la pintura… pic.twitter.com/xjTTsQeNe3
— Jorge Barón (@jorgebarontv) May 20, 2025
Más allá del romance, el legado artístico de Tessarolo ha seguido brillando por su cuenta. El pintor nació en Venecia pero es reconocido en Sudamérica, especialmente en los círculos de la alta sociedad argentina. Su linaje artístico incluye a su bisabuelo Antonio Baggio, quien fue profesor de Bellas Artes en Venecia, y a su padre, Aldo Armando, un reputado barítono y violinista.
Grisales, por su parte, ha cultivado una carrera longeva y multifacética que la ha mantenido vigente en la televisión colombiana durante más de cinco décadas. Como jurado de Yo me llamo, continúa generando debate, admiración y crítica en partes iguales. Y ahora, este reencuentro con su exesposo confirma que su historia también está marcada por momentos íntimos que trascienden lo romántico y se conectan con lo emocional y lo creativo.

La imagen de ambos en el estudio de Tessarolo no muestra nostalgia, sino complicidad. Sin necesidad de palabras, se evidenció una química basada en respeto mutuo, admiración y arte compartido. No hay rastros de melancolía, sino una conexión madura que parece haberse fortalecido con los años. La mirada atenta del artista mientras retrata a su exesposa, y la serenidad de ella frente al lápiz, revelan una intimidad que trasciende lo romántico.
Un vínculo que, lejos de haberse cerrado, parece haberse transformado en una nueva etapa donde la inspiración sigue fluyendo, no desde el amor de pareja, sino desde la admiración por el legado del otro. Un momento que retrata la capacidad de ambos para reinventarse y mantener viva una historia que ahora se escribe con trazos y miradas, no con palabras.
Comunicador social y periodista de la Universidad Antonio José Camacho. Tecnólogo en Producción Audiovisual y técnico en Diseño e Integración Multimedia del SENA, además de especialista en Fotografía Publicitaria. Experiencia en periodismo de campo frente a cámara, redacción web y gestión de redes sociales